¿Que es la lipoatrofia semicircular?

La lipoatrofia se puede definir como una enfermedad poco frecuente y sin causa directa conocida, que consiste en una atrofia o pérdida de grasa en una zona puntual del tejido graso subcutáneo del cuerpo situado sobre todo en la parte delantera de los muslos donde la piel, los músculos y los nervios no se ven afectados. Las personas afectadas pueden detectar a simple vista y por palpación, unas pequeñas depresiones de las capas superficiales de la piel a modo de semicírculo y un aparente aumento de tamaño de sus venas periféricas. 

Los síntomas principales parecen a las piernas y brazos, afectando en mayor número a las mujeres, dado que generalmente la estructura del tejido graso en ellas es más laxa. Para tener una idea, la marca es similar a la que dejan los calcetines en los tobillos, pero con más profundidad. La mayoría de facultativos coinciden en que la recuperación de la lesión comienza a producirse a partir de los tres meses, aunque los síntomas en seguida disminuyen cuando el afectado se aleja del lugar de trabajo.

La lipoatrofia es una prueba palpable de que un edificio está afectando a sus usuarios y de hecho, los parámetros que se controlan para esta enfermedad son los mismos que para el llamado síndrome del edificio enfermo, una dolencia (no enfermedad) que aparece en las personas que al entrar en un edificio o al cabo de un tiempo de estar en el y que al salir del mismo o al cabo de un tiempo de haber salido, ésta desaparece. Solamente afecta a los ocupantes del edificio y no al propio edificio. 

Principales características de los edificios donde se puede producir la enfermedad.

Es frecuente la aparición de la enfermedad en edificios donde los trabajadores realizan su jornada laboral en mesas y escritorios con numerosos dispositivos electrónicos (ordenadores, impresoras, escáneres ...) y abundante cableado eléctrico. Es decir, son puestos de trabajo altamente tecnificados (edificios de oficinas de nueva construcción o bien rehabilitados), habitualmente con climatización artificial y ventilación forzada.

¿Tiene algo que ver la lipoatrofia con el Sindrome del edificio enfermo?.

Es necesario diferenciar los conceptos de lipoatrofia y el del síndrome del edificio enfermo. La primera es una enfermedad reconocida como enfermedad laboral, mientras que la segunda no se puede hablar de una enfermedad concreta sino que hablamos de sólo de síntomas que ocasionan habitualmente la disminución de la capacidad de atención y en general afecta al rendimiento en el lugar de trabajo donde se asocian con la edificación determinadas patologías que estos presentan. Fácilmente una persona con lipoatrofia también tiene los síntomas descritos para el síndrome del edificio enfermo.

La aparición de la lipoatrofia en España.

A principios del 2007 una rara lesión prácticamente desconocida afectó a numerosos trabajadores de algunos edificios catalanes. En septiembre de ese mismo año ya se habían notificado más de 600 casos, sobre todo en Barcelona, ​​pero también en otros centros de trabajo del resto de España con ciertas características comunes, edificios grandes, herméticos, altamente tecnificados, con ventilación forzada y que albergan cada día a un gran número de trabajadores.

Aunque esta patología está referenciada desde 1974, no fue claramente identificada en el ámbito de la edificación y el entorno laboral hasta el año 1981 en Londres. Sin embargo, es a partir de la década de los 90 cuando se empiezan a registrar progresivamente más casos en países como Francia, Italia, Países Bajos, destacando como ejemplo el caso de la compañía belga KBC Bank & Insurance Group donde se registraron más de 900 casos en el periodo comprendido entre 1995 y 2003. Un mal desconocido que apareció repentinamente en España donde desde entonces se ha ido produciendo un goteo continuo de nuevos casos hasta la actualidad en toda España y que se prevé un aumento en el futuro.

¿Que ocasiona ésta enfermedad?.

La aparición de la lipoatrofia se relaciona directamente con la descarga electrostática (ESD) a través del contacto entre los muslos y los cantos vivos del mobiliario de oficina. Especialmente vía mesas de escritorio donde las descargas electrostáticas locales en esta zona de las piernas cercana a la base de la mesa de trabajo, puede explicar las modificaciones en el tejido lipoatrófico.

Estas descargas suelen estar por debajo del umbral de la sensibilidad del cuerpo humano la que oscila entre los 2.500 a 3.000 voltios y en las habituales mediciones efectuadas, las fuerzas del campo magnético no superan ningún límite recomendado, aunque si se denotan más altas en los puestos de trabajos con trabajadores afectados por lipoatrofia que en los de los que no lo están.

Los entornos de trabajo con un bajo nivel de humedad relativa, mobiliario con elementos metálicos que hacen de conductores y cableado en contacto con la mesa o integrado en el mobiliario, son los más propicios para generar las descargas.